Por Perla Perrén. Marzo 2012.
¿Sentís que hay un renacer en tu carrera con este último trabajo?
Absolutamente, este nuevo proyecto me encontró atravesando un largo y crudo paréntesis de introspección, de vaciarme y depurarme, de afilarme y afinarme. Un silencio que necesitaba desde hace rato para poder entender de forma más clara hacia dónde me estaba dirigiendo la obra y la vida misma. De alguna manera me sentía mareado, inmerso en demasiados proyectos, y más allá de mi natural carácter de inquietudes y desear hacer todo a la vez, descubrí un exceso en esa simultaneidad, traducido en un destiempo incómodo en la oleada y un (in)evitable ahogo. A su vez, ciertas influencias externas, miedos y abusos ajenos, lazos esclavizantes, etc., resultaron una pésima combinación para mi ser. Me sentía distorsionado, fuera de foco. Creo que durante un tiempo empecé a oír y preocuparme de más por intentar tener una vida “normal”, con todos los símbolos que precisa, los mandatos, los logros estúpidos. No me arrepiento de ese momento, supongo que es un movimiento natural de la maduración al llegar a la treintena. Pero, claramente, de ese caracol no se apreciaban las olas del mar. Era naufragar, “don’t let me die surrounded by this gray”… Así como en la vida no me sentía realizado, eso me reflejaba envuelto en algunos pasos en falso en la producción artística. Trabajos moderados, tímidos, de manos atadas. Simpáticos sí, pero eso no me llenaba el espíritu. Una rutina conformista que no me conformaba. Pero la vida es sabia y esa sabia, esa sangre, pidió latir otra vez.
Bifurcación, de las cenizas se generó otra oportunidad. Aprendí a mirar cara a cara a la muerte y sonreír. Retomar mis reglas, mi camino. Entender que no debo escapar de lo que me identifica y escupir lo que me excede. Con tanta crudeza pero mucha certeza, la vida me demostró una vez más lo que sí soy y lo que no, deleite de delineado que el destino tradujo en esta realidad que hoy disfruto y vivo con tanta pasión.
“¿Me hundo o me elevo?” se preguntaba un pálido payaso en una obra de Bergman de la cual no recuerdo el nombre. Mientras sufría por un vacío que sentía fatal, la vida iba generando un abanico de nuevas aventuras que me sorprendieron de la mejor manera: en menos de dos meses logré mi primera mención en un concurso, mi primera muestra internacional, mi primera participación en una feria de arte y mis primeras ventas de obras. ¡Maravilloso!, ¡Pavada de motivaciones para continuar! Y de eso se trata, fluir…
Era simplemente desafiarme, animarme en serio, a gran escala, a buscar sin miedos lo que deseo para mí, entregarme a la inmensidad del mar. Y en ese lugar se danzar muy bien, soy elegante en mi caos. Así me abracé a mi felicidad, llenándome de total orgullo. Así me abracé a mi felicidad como así me abrasé de nuevo en mi fuego interior: toda esta situación personal fue un multidisparador base para miles de diálogos nuevos o recuperados, fortificados, para bocetear miles de imágenes, para bancármela y convertirme en carne dando nuevos pasos a esta obra con el cuerpo libre y el alma feliz. No ser del mundo pero vivir en el mundo. Ser rey de mi mundo.
Éste es el origen de Bauiernoss.
¿Cuál considerás como principal diferencia entre tus series anteriores y “Bauiernoss”?
Creo que con Bauiernoss principalmente logré entender y transcurrir a través de la idea firme de lo que es el trabajo colectivo. La reincidencia de las participantes de obras como Dernier o Femmes aquí se ve mucho más comprometida con el concepto que se plantea, en el leitmotiv de la obra, una conciencia mucho más pura. La reciprocidad, empatía y complicidad que siempre reclamé, en esta obra se producen en un grado tan preciado. Por otra parte, el fuego base que en Femmes fue la inquietud por desterrar valores hipócritas en cuanto a la belleza femenina, basándose en figuras icónicas y desnudando los prejuicios, en Bauiernoss se amplifica a un nivel tanto más variado en cuanto a los aspectos todos de la vida y las relaciones humanas, y unificado a través de la firmeza de una identidad estética recuperada en cuanto a su crudeza, desenmascaramiento y vuelo onírico. 100% Anatole, sin disfraz alguno. Ya plant(e)ado desde un lugar de confirmación en mi condición de artista, sentí vital un total intercambio para con todos aquellos, devolver el apoyo incondicional que esos seres genuinos me brindaron en mis idas y vueltas, alentando sus inquietudes, fortaleciendo sus caminos, multiplicar ese estímulo. Siento que todo artista, al encontrarse en un lugar privilegiado, tiene una responsabilidad con su contexto, y en Bauiernoss brindamos la plataforma donde todos puedan jugar libremente.
¿Quiénes son los personajes que se encuentran en las viñetas, y cómo surgen las historias que narrás con tu fotografía?
Al principio de esta obra me dediqué a reclutar, básicamente, a todos los locos, a todos los sinceros, marginales y de buen corazón para éste que de alguna manera siento un ejército. Por más que sea un solitario mis pasos no se dan en soledad. Me dediqué a abrir las puertas de todos los manicomios. Creo en el Anarquismo, creo en el Surrealismo, creo en el Sufismo. ¡Ass, por el culo! ¿Para qué vivir esclavizados?, ¿Para qué vivir sobreviviendo? Esclavos de un sistema o esclavos de un amor, ¡despierten! Busco el caos, el caos que desnuda las caras. ¡Fuego! Basta de “teatros antidisturbios”. No cuidar sólo el preciado y coqueto culito propio. Conciencia, despertar. Para construir, primero es necesario destruir, escupir todo lo que no sirve. Esta es nuestra ciudad, éste es nuestro patio de juegos, ¡seamos libres! Ocupamos la ciudad vacía, la ciudad entregada, la ciudad que nos pertenece y por eso la ocupamos, desarmamos los relojes también, sí, y así podemos ocupar el no tiempo con miles de palabras hermosas, fluir, códigos, amor y alegrías, de eso se trata y ya no soy sólo uno.
El hogar de cada historia son esas palabras que compartimos. La metodología se repite como en obras anteriores al continuar trabajando en base a historias seriadas, alimentadas por la realidad vital de cada uno de sus participantes. Encontrar el camino desde el inconsciente de cada persona, lograr descifrarlo como un chamán en pleno ritual.
¿Qué cualidades deberían tener las/los modelos para participar en cada una de las series?
Hace tiempo dejé de utilizar la palabra modelo. Para evitar confusiones. Mi búsqueda siempre está encarada a la diversidad de personas que tengan curiosidad por su mundo y por mi mundo. Gente que tenga necesidad de expresarse, principalmente. Opto por la naturalidad ante la rigidez. No hago filtros físicos como tampoco me dedico a buscar culitos con listones o pechos decorativos. Desecho radicalmente a quien busque pertenecer sin saber por qué, la sed de flashazo fácil. Evito el cacareo, la careteada, la in(can)descente oquedad. Protejo y mimo con inagotable cariño el embrión que se alimenta de magia, locura y sinceridad. Puedo decir que en este proyecto me encuentro más exigente, conmigo y con todos. El dinamismo de las sesiones se basa en un constante movimiento, no es excluyente que sean actores, sino que simplemente SEAN. Documentalismo y vuelo onírico. “No se me importa un pito que las mujeres tengan los senos como magnolias o como pasas de higo…”
En BAUIERNOSS trabajás mucho en exteriores, ¿cómo es el backstage teniendo en cuenta que hay desnudos y escenas que indudablemente llaman la atención de los transeúntes?
Así es, sentí que me había enclaustrado sin desearlo en puras sesiones de estudio y ese no es tanto mi juego; prefiero que se me presenten los escenarios, descubrirlos y que me sorprendan. Esa necesidad inevitable de búsqueda. Obviemos la comodidad. Hay tantos rincones abandonados, tantos espacios vistos hasta el hartazgo pero que no son observados realmente. Para este proyecto hago un estudio previo de locaciones en la ciudad, la recorro con mi cámara y cuaderno buscando sus pros y contras. Aunque seguramente dejo algunas de esas contras libradas al azar, me gusta la adrenalina del no saber del todo lo que puede suceder. Si la cámara es un arma, pues ¡vayamos a la guerra!. Si la gente se mezcla en la acción, bienvenido sea, ellos respiran el mismo aire que nosotros.
¿Hay alguna anécdota de estas que quieras contar?
¡Tanto! ¡Jugamos! ¡Nos divertimos trabajando! Momentos como estar caminando y registrando en un túnel a las tres am entre el frenético remolino de autos y que un verde taxista frene enloquecido a riesgo de chocar y grite desesperado “¡ponela en bolasss!”, disfrutar de un picnic nudista con una amiga refugiados en carritos oxidados por la burocracia de un precario juego abandonado del Parque de la Ciudad, el semblante desorientadísimo y masturbatorio de un policía mientras dos chicas cyberpunks se trepan inocentes por las paredes de un moderno banco céntrico con pistolitas de juguetes y residuos informáticos en sus atuendos, o simplemente transformar el tiempo acariciando un gatito callejero, por ejemplo, son un plus super interesante para mí en esta gran satisfacción que significa cada una de las sesiones.
¿Cuáles son tus influencias e inspiraciones?
Siempre siento que la vida misma es la mayor influencia que uno puede tener, las experiencias buenas y malas. En esta obra, de diálogos constantes de tanta riqueza, puedo decir por ejemplo que Perla Perrén es una gran inspiración para mí. La esencia de su vida, sus luces y sombras, su búsqueda sin temores: escucharla es un condimento ideal para el menú de desafíos que planteo. Bauiernoss somos todos nosotros.
¿Algún comentario que quieras agregar sobre tu trabajo?
Carmen Sandiego en una epifanía se materializó y me manifestó algo tan cierto como agradable: “tenés lo que querés, hacés lo que querés y estás cerca de los que querés y te quieren”. ¡Mirá que poco! ¡Me siento pleno y feliz! Quien sienta que quiera jugar es bienvenido.