Por Fernanda Gaitán. Diciembre 2005
¿Cuándo tuviste tu primera cámara? ¿Qué características tenía? ¿Te la compraste o fue un regalo?
Mi primer contacto serio con la fotografía se dio a través de una cámara no profesional, una pequeña Kodak Cameo que compré a mis 16 años. En estas primeras experiencias salía a la calle a buscar fotos más casuales que las que estoy acostumbrado a realizar ahora; observaba a anónimos en sus tareas cotidianas, intervenía en exposiciones incluyendo otros elementos dentro de las obras.
Mi primera cámara profesional fue un regalo de mi hermano mayor, una Nikon FE10 de 35 mm. manual y automática. Con esta cámara empecé a incursionar en el B/N y realicé la mayoría de mis obras. La tengo hace siete años y sigue siendo mi preferida dentro de las cámaras con las cuales trabajo.
¿Cuáles fueron tus influencias más importantes dentro de la fotografía?
El primer fotógrafo por el cual sentí gran interés fue Helmut Newton: su estética lujosa, las escenografías de hotel; el trabajo de Newton fue la base para incursionar dentro del mundo del fetichismo en la fotografía.
Luego conocí la obra de Duane Michals en un curso de fotografía creativa a cargo de los profesores Humberto Schejvitz, ya fallecido, y Rodolfo Lozano. Me interesaba su forma de trabajar en series entremezclando las imágenes con pequeños relatos textuales intercalados. Me emocionaba ver que alguien hubiera hecho eso, porque era la época en que surgía la idea de acompañar mis escritos con fotografías.
Años más tarde conocí el trabajo de Tony Ward, que fue otra gran influencia dentro de la línea que había descubierto con Newton, ya desde una perspectiva mucho más sexual.
En algunas de tus fotos se ven mundos atemporales donde aparecen reminiscencias góticas, ¿Te ves influido por dicha literatura?
No creo que mis fotografías estén influenciadas directamente por una literatura o estética gótica. En mi obra tomo elementos de horror más universales, arquetípicos, porque justamente, como decías, busco algo atemporal.
A nivel literario, lo primero que me interesa es indagar en la estructura del relato. Intento construir un lenguaje universal, omnipresente en tiempo y espacio. Si tengo que nombrar influencias dentro de la literatura, en cuanto a colores, texturas o sensaciones elijo a Alejandra Pizarnik, Stephane Mallarmé y Jean Paul Sartre.
Sos modelo de alguna de tus fotos, ¿por qué?
Por la simple razón de que son historias autobiográficas y mis personajes recuerdan y representan imágenes o situaciones de mi propia vida. Cada persona dentro de las fotografías representa un personaje, participo en éstas cuando cuento historias personales.
Hay una coherencia permanente entre vida y obra, no están escindidas: como la vida, mi obra cumple un proceso, un ciclo en sí, que va desde un microcosmos individual a un macrocosmos universal. Es la misma esencia, lo que varía es la codificación, el lenguaje empleado.
¿Cómo elegís a las/los modelos que participan de tus producciones?
No busco un tipo de modelo en especial, a menos que un personaje exija algo específico. Para la selección de las modelos, en general busco gente que no esté directamente relacionada con el modelaje para cuidar cierta naturalidad. Al trabajar en historias y personajes, suelo tener entrevistas previas con las modelos para encontrar la sintonía adecuada entre su persona y el personaje que adopte, dándoles la libertad necesaria para elegirlo, y luego lo profundizo basándome en características propias de la personalidad de la modelo.
En tus fotos ¿es importante la química entre fotógrafo y modelos?
Es de vital importancia para el resultado de la toma que haya una buena relación con la modelo, esto significa encontrar las cualidades de la persona, que conozca a fondo las características que componen al personaje y que se de la confianza necesaria.
¿Tenés una idea preconcebida de lo que querés hacer antes de tomar las fotos o te dejas llevar por tu instinto o por lo que suceda en el momento?
Parto desde preconceptos, en general las fotografías que realizo forman parte de series dentro de obras, para las cuales trabajo primero en su estructura y luego las desarrollo. No obstante, en las sesiones dejo siempre un margen para la improvisación ya que es usual que surjan nuevas ideas durante las mismas.
Algunas de tus fotos parecen llevarte hacia el color saturado. ¿Pensás focalizarte en esa línea?
El uso del color dentro de mi fotografía sigue siendo algo novedoso: en sí lo he elegido más para trabajos profesionales que para mis proyectos personales. Para los próximos proyectos tengo pensando dedicarme un poco más en lo que es la fotografía como objeto, llevándola más allá de su bidimensional habitual experimentando a través de técnicas de collage intercalando fragmentos de distintas copias de una misma imagen y profundizando la idea de “cuadro dentro de cuadro” a través de sucesivas tomas de la foto en distintos espacios.
¿Qué recursos técnicos utilizás?
A mi parecer la sofisticación técnica crea ciertos distanciamientos por lo cual prefiero trabajar lo más despojado posible, opto por elementos más cotidianos para trabajar.
¿Cuáles son tus próximos proyectos?
Como te dije, mis obras se desarrollan a través de un proceso: dentro de un plan de cinco obras, las dos primeras fueron muy introspectivas; las próximas, en cambio, tendrán una perspectiva más general. Estoy trabajando en los conceptos de un proyecto sobre la genealogía de la humanidad, una suerte de cosmogonía del mundo humano, representada a través de etapas, cada una de éstas inspirada en los diferentes movimientos artísticos, tomando elementos de obras referentes entremezclados con estéticas más contemporáneas.
En tus obras, interactúan fotos y textos, ¿por qué? ¿Cómo es el proceso creativo?
En cada uno de los proyectos fue variando la forma de encararlos. En ResBina empecé por la parte textual, luego se sumaron las imágenes y ahora estoy nuevamente reestructurando el texto. En cambio, con Dernier Baiser la historia surgió a través de las fotos. Para los próximos proyectos, el de la cosmogonía por ejemplo, seguiré con este método. También estoy pensando en la posibilidad de darles acompañamiento musical para sus exposiciones.
¿Te interesa incursionar en la fotografía digital? ¿Encontrás ventajas en ella?
Por el momento no me interesa lo digital, disfruto mucho de la etapa de producción en el laboratorio.
¿Cómo te definís vos?
Mis obras surgen desde una necesidad propia de transmitir. No me siento fotógrafo, músico o escritor. Creo en la poesía como auténtica manera de vivir: Poeta en el sentido de artista alquímico en pos de una esencia trascendental, liberadora.