Entrevista A&R

Por Matías Araoz. Enero 2012
http://arteyrobo.blogspot.com/2012/01/anatole.html

Por favor presentate en sociedad.

Soy Anatole y no tengo nombre. El mundo me descubre siendo artista alquímico y así descubro al mundo. A través de diferentes medios, principalmente la fotografía, como también la escritura, la pintura y la música, doy movimiento a este mundo personal.

¿Por qué sacás fotos?

Siento que nunca le entendí el ritmo habitual a la vida moderna, a la rutina y domesticación que nos propone o exige la sociedad. Algunos actúan, otros miran, otros también observan y actúan. Prefiero mantenerme a mi tiempo, escuchar a mi curiosidad y prestar atención hacia donde me dirija. Tenemos una fidelidad más que interesante. De chico me costaba expresarme en voz alta y así tuve la necesidad de ir forjando, sin saberlo, un mundo propio que se ha ido enriqueciendo con la experiencia. La experiencia, el experimentar, eso es lo que te mantiene vivo. Un día llegó a mis manos una cámara y me fascinó la idea de poder conectar lo tangible con mi forma de ver esas cosas. La relación era posible. Otro día mis manos se bañaron en los químicos de un laboratorio y así, en la obscuridad, vi cómo se podía crear luz. Cómo el silencio de la actitud contemplativa se puede traducir en infinidad de palabras. Y ese fuego me deleita.

¿Quiénes o qué cosas podés decir que son tus influencias y cuáles te inspiran?

La vida misma, las circunstancias y vivencias son las mayores influencias que uno puede tener. La danza de sensaciones. Todo tiene su lugar. En lo personal me golpeo la cabeza contra valores que se nos plantean tan rígidos y absurdos. Las noches tristes también. Esa bronca es un combustible llamativo. Siento eso, que no soy más que un fuego que enciende fuerte, quema lo que necesita quemar y así se ilumina.

A nivel artistas te puedo nombrar el cariño que le tengo a las pinturas de Basquiat, la admiración por los planteos barrocos de Del Bosco, la rebeldía estética y los planos justificados de Godard, la insoportable simetría y el riguroso tratamiento sonoro en las pelis de Kubrik, Bela Bartok, Penderecki, ese vértigo de sonidos, el trabajo de fotografías en secuencias de Duane Michals, la belleza natural de Anna Karina, la tensión en las mujeres de Bergman, la desesperación desoladora de Nico, el morbo y extrañeza de Lynch, el conflicto e imposibilidad de Pizarnik, la obsesión en las coreografías de Pina Bausch, la propuesta ilimitada de The Clash, ¡la mirada cómplice de mi gata! ¡Tantas cosas! Pero quedarme ahí sería un tanto desagradecido, hay infinidad de influencias que se sugieren día a día, uno está en constante descubrimiento y hoy día tenemos tantísima información para beber. Soy una esponja bastante ecléctica.

Me gustan mucho tus trabajos personales, sobre todo las series de “Bauiernoss” e “Histories de Femmes”, donde cada álbum me lleva a una historia diferente. En un par creo que estás vos también como personaje, ¿puede ser? ¿Qué tan importante es para vos generar un concepto previo a sacar las fotos? Porque veo que en cada proyecto, hay un texto al respecto.

Se puede decir que soy bastante exigente con la metodología de mis obras. Es un proceso riguroso de contenido y elaboración, que profundiza en la sintonía existente del concepto a tratar con la realidad de cada modelo. No elijo a los participantes al azar. Hay una búsqueda previa, un ahondar en el inconsciente de cada uno de ellos a través de cuestionarios y una posterior entrevista, es maravilloso todo lo que se puede descubrir en el interior de cada uno. Alquimia en el sentido de la transformación personal que se genera en el transcurso de todo ese proceso hasta llegar al resultado final de la imagen. Es necesaria confianza y complicidad recíproca, y así cuando su experiencia con mi estética se abrazan es tan agradable.

Actualmente estoy en los primeros pasos de la obra Bauiernoss, apenas hay una decena de sesiones llevadas a cabo. Pero descubro que en esta propuesta redoblé todas mis apuestas, afiné mi estética más que nunca, me permito tanto más vuelo, el vuelo que realmente necesito y es hermoso. Siento que transito firmemente mi propio camino.

Cualquier persona diría: ¡qué vivo Anatole! junta chicas y les saca fotos en bolas (yo digo qué afortunado). ¿Qué te atrae tanto de la sensualidad femenina? Porque no son fotos de gomería ni de Terry Richardson, en las tuyas hay un trabajo y un enfoque en detalles, una búsqueda que delata un ojo con intenciones, gustos particulares y una búsqueda estética.

“¡Qué vivo Anatole!” Supongo que esa búsqueda se origina en el reconocer mismo de mi propia femeneidad, tan presente ella. Hay una realidad constante de saberme más vinculado, o de una forma más natural, a las mujeres que a los hombres, al grueso de los hombres. Se genera un diálogo sin filtros, tanta empatía y así, entonces, me resulta más posible representar lo femenino que lo masculino. Creo que tienen que ir de la mano igualmente, siempre me llamó la atención el concepto de lo andrógino, la carne doble, lo originario. Ese equilibrio.

Por un lado te puedo hablar de claros gustos estéticos, el formato del cuerpo femenino de épocas pasadas, la melancolía que me producen esas imágenes tan bellas, como tantas otras cosas de otros tiempos. Quizá sea su naturalidad lo que me sugiere tanto. No lo entiendo bien pero me sensibiliza, me siento ahí, tan cómodo, en ese tiempo no tiempo. Tanto así me genera también una habitación desgastada, una molesta mancha de humedad, ¡no lo sé! Pero por otro lado te puedo contar también la experiencia de escuchar con reiteración la queja, la timidez, de una y otra chica en cuanto a su cuerpo “poco aceptable” ante el canon de belleza con la que nos ahogan los medios de comunicación, ¡qué estupidez! Me satisface brindar mi granito de arena para generar un cambio en su forma de sentirse.

Igualmente siento que no son fotos que generen solamente sensualidad, sea ésta delicada o grotesca; o aunque sea no buscan sólo eso. Hay tanto para mostrar, tanto matiz, lo profundo de la femeneidad, el misterio, la locura, ¡eso sí que me atrae! Una vez, hace cientos de años, un profesor de fotografía me dijo: “vos no representás cuerpos desnudos, mostrás el alma desnuda”, luego lo entendí.

Yo soy un ignorante a niveles técnicos en fotografía, sólo se cuando algo me gusta y cuando no. En tus fotos veo un trabajo en la imagen que se despega enormemente de una tendencia actual de fondo blanco, contraste al mango y la nada misma (a un nivel “artístico” totalmente subjetivo de mi parte). ¿Cómo llegaste a eso? (si se puede contar).

Tampoco puedo decir que sea muy técnico, no me gusta pensar las cosas desde ahí. Me guío principalmente por mi instinto. Claramente tampoco tengo intención de seguir modas, si lo intentara rápidamente me traicionaría. Cada uno tiene su propio camino, su propia búsqueda. Todo está en relación, pero la intención es personal y decidida. Yo tengo otra historia para contar, con eso soy feliz. La melancolía de la que te hablé, las influencias que te nombré, es inevitable. Además, ¡le tengo pánico al color blanco!

No entiendo cómo no sos el fotógrafo de todas las marcas de lencería del país (cómo no entiendo muchas cosas del mundo). ¿Te cuesta conseguir trabajos comerciales? Por un lado yo entiendo que cuando se tiene una marca, la premisa es vender y no se puede despegar mucho de la tendencia actual, etc. ¿Pero vale la pena vivir siguiendo a otro? ¿Encontrás clientes que tomen riesgos?

¡Eso, que me contraten! Jaja. A nivel puramente comercial aún hay cierta inestabilidad, he hecho varios trabajos de editorial pero más que nada me contratan para books, modelos, actrices, bandas, etc. Hay meses y meses. Lo positivo es que quienes se acercan lo hacen destacando esa “diferencia” que encuentran en mis trabajos. Lo cual es agradable, el cliente está pagando por una mirada particular, una estética determinada, “¿vale la pena vivir siguiendo a otro?”

Veo en tu página que hay un formulario a llenar para las aspirantes a modelo de tus trabajos. ¿Te pasó alguna vez que alguna te dijera “no ni en pedo hago eso” o algo por el estilo? ¿Se puede hablar de la intimidad de la sesión de fotos o lo dejamos a la imaginación de cada uno? Yo igual te lo pregunto a lo guapo, ¿tuviste relaciones con alguna de tus modelos? Tu respuesta podría generar un aumento enorme en la venta de cámaras, ¡ojo!

Como te comentaba antes, el proceso hasta llegar a la sesión es bastante profundo. El formulario, la reunión, ya de antemano vas conociendo los límites reales de cada participante y es importante respetárselos. ¡La pregunta del millón! ¡Jaja! Hay mucha fantasía generada con respecto a lo que puede ser una sesión de fotos, el otro día me vinieron a instalar el wi-fi y al ver los cuadros me hicieron la misma clásica pregunta, los comentarios típicos, “¿querés que te ayude con las luces?” Bah. Lo cierto es que se genera mucha confianza con la modelo y hay un juego de sensualidad importante. El límite puede ser finísimo, pero hay que entender que es eso, una representación. Lo copado es que no se desvirtúe. Uno se acostumbra al ver tantos cuerpos desnudos en definitiva. Por otra parte te puedo decir que casi todas mis novias previamente fueron modelos.

¿Cómo te sentirías si te encargan hacer las fotos para una edición de “Las mil y una noches”? Si me encuentro 20 mil dólares te lo encargo y lo edito, contratamos las modelos que quieras y catering a elección. Condición, yo estoy en todos los sets mirando.

¡Cuando quieras! Pero mi condición es ir a Oriente, ¡con alfombra mágica incluida!