Entrevista Ámbar

Por Inés Moguillanes y Victoria Do Campo. Junio 2013

“Bauiernoss es todas las inquietudes, todas las voces que quieren jugar”

Ingresamos a la galería Carmen Sandiego, ubicada en una de esas construcciones antiguas y majestuosas típicas del centro porteño. Al traspasar la puerta nos topamos con una fotografía en gran formato (125 x 70 cm) que muestra los perfiles y espaldas tatuadas de dos mujeres quienes, a su vez, escoltan a una silueta masculina. El recurso cinematográfico del iris empleado en la fotografía lleva a imaginar a un sujeto observando a través de una mirilla, asomándose a un espacio, a una situación ajena. Así, aquella silueta que corresponde a Anatole, nos da la bienvenida a su singular universo, nos invita a recorrerlo. Así, comienza Bauiernoss.

Se trata de una muestra que consta de un total de 31 obras distribuidas a lo largo de la sala: a la fotografía inicial se le suman tres, en mayor formato aún (177 x 100 cm), y dos conjuntos, formados por 6 y 21 fotografías respectivamente, que presentan obras en formatos menores. Teñidas en blanco y negro, la mayoría de ellas se encuentran acompañadas por intervenciones realizadas por el artista que obran como manifiesto de sus propósitos. Las desprolijas letras negras pintadas en las paredes forman frases al parecer espontáneas pero contundentes. El espectador además, puede llevarse un fanzine que condensa muchas de estas ideas. Por otra parte, puede verse una filmación que, dispuesta como una fotografía más, registra el proceso artístico

Bauiernoss, anagrama de la ciudad de Buenos Aires, propone un recorrido poco convencional por varios de sus rincones y paisajes. Foto a foto se exhiben los frondosos y abandonados dominios de lo que fue el Parque de la Ciudad, las fronteras indomables de Ciudad Universitaria, y los inmensos bosques de Palermo, entre otros sitios. En todos los casos se trata de escenarios familiares que se tornan extraños al ser presentados desde otra mirada, descontextualizados, sobredimensionados, acompañados con máscaras, o símbolos sufistas como la mujer/murciélago. A diferencia de series anteriores en las que primaba el trabajo en estudio, Bauiernoss privilegia las locaciones exteriores, espacios donde se inserta la experimentación, el azar, lo imprevisto, lo espontáneo de cada sesión fotográfica, más allá de que se parta de un objetivo o idea previa y su respectiva planificación. Por esto, Anatole afirma que en Bauiernoss conviven una dimensión onírica ligada a una documental

Es inevitable que el apartado de seis fotos presentadas en forma rectangular no nos remita a la exposición de Grete Stern, que actualmente puede verse en MALBA. Compartiendo la estética del blanco y negro, el fotomontaje, la desproporción y descontextualización de los elementos, ambos aparecen ligados a una estética surrealista. Pero a pesar de poder establecer hilos relacionales entre estas dos muestras, Anatole se confiesa reticente a las propuestas institucionales. El artista se autodefine como provocador, anarquista y sufista, entre otras categorías. Este afán por desestabilizar, desordenar, y quebrar lo instituido, lo acerca en gran medida al discurso vanguardista moderno. Las reflexiones y críticas hacia el sistema hegemónico así como a la rutina, las normas y el tiempo impuestos por éste, representan un rasgo constante en sus planteos. Los escritos, en formato y tono de manifiesto, ostentan vocablos como guerrilla, revolución, y política, buscando una transformación y rescatando esa función social del arte, tan anhelada y discutida durante todo el siglo XX

P. Bauiernoss presenta varias rasgos novedosos en comparación a series anteriores: el uso total del blanco y negro, la inserción de fotomontajes y una modificación posterior de las fotografías más acentuada. ¿Cómo se producen estas elecciones? ¿En qué y quiénes te inspirás para pensar, construir tus obras?

R. “Blanco y negro, blanco y negro, pero nunca en el medio”, rogaba Ricky Espinosa. ¡Soy una cabrita geminiana! Sé bailar en pisos dameros. Me inspiro en la gente que vive en la calle y usa hojas de diario para poder calentar su cuerpo. Me inspiro en los sueños, en los poetas enamorados de la muerte, en la muerte enamorada de los poetas. Trascender todo límite. Amigables monstruos de cuatro brazos, los cuerpos que poseen ambos sexos y cruzar el espejo. Pero que haga fotos en blanco y negro no quiere decir que no vea la vida en colores. ¡Hasta el apocalipsis siempre!

P. Ahora bien, sabemos que venís trabajando en este proyecto desde hace tres años, ¿qué modificaciones hubo en este recorrido? ¿El resultado terminó siendo el que esperabas?

R. Soy inmensamente feliz. Me siento capaz de realizar todo lo que me proponga y mi imaginación no desea límites. Cada paso que doy me acerca a aquello que allí veo, que aquí está y estuvo siempre presente, esa omnipresencia que innegablemente precisa y pide de uno mismo una constancia, una lealtad alimentada día a día, cruzar umbral tras umbral con valentía. Aprender eso es ya un triunfo. Cierto es que el contexto en el cual di comienzo a esta obra no era el más feliz pero sí era el más propicio. Aquellos instantes tiernos en los que sentís que no tenés nada más que perder, ¿qué mejor? Te entregás por completo. Cierto es también que probé otros caminos previamente en vano, buscando una estabilidad emocional, una tregua económica y demás. Pero una especie de Zeus irascible me bombardeó con fuertes rayos cada vez que intenté jugar a esa probable normalidad devolviéndome una y otra vez al que parecía mi camino. Al que es mi camino. Mi vida y mi obra danzando juntas en un campo de girasoles. Al recorrer las calles de Bauiernoss sin dudas me fui fortaleciendo y así junto a todos los participantes de esta locura creímos cada vez más en este discurso, en esta acción. Es definitivamente una realidad el reino soberano y surrealista de Anatolia. El triunfo de la imaginación tangible. Pero esto sigue siendo un comienzo, apostamos por más, siempre mucho más.

P. Hacés referencia a Bauiernoss como un punto cúlmine en tu tránsito como artista, ¿qué elementos determinan esta madurez?

R. Sin dudas, inicialmente fue un proceso de absoluta depuración, en muchos sentidos. Y cuando ves así de claro podés tocarlo todo. Hay una frase muy interesante de Alfred Stieglitz que siento más que acertada, entre otras cosas dice: ”El espíritu de mi obra ‘temprana’ es el mismo que el de mi obra ‘tardía’.” Eso lo puedo ver aplicado en mi obra, en los proyectos Resbina y Dernier ya se podían apreciar elementos que trato en Bauiernoss. La intención sigue siendo la misma, pero en ese transitar hubo innumerables cuestiones que se fueron puliendo cada vez más. Me inicié en la fotografía de la mano de cámaras analógicas, tiempo después seguí defendiendo el formato sintiéndome casi un romántico del celuloide en tiempos de tecnologías digitales. Me costó mucho el traspaso. Tal vez fue por el simple hecho de ser parte de la última o una de las últimas generaciones analógicas, de chico tuve varios años tele en blanco y negro y tardé mucho en tener una computadora por ejemplo. O por lo grato que fue para mí llegar a tener mi propio laboratorio, experiencia maravillosa. Años después, y muy paulatinamente, fui probando cámaras digitales, me fui animando a ese nuevo mundo en el que no quería aterrizar. Y haciendo un repaso de esos años siento que fue un volver a empezar, la estética radical de esos proyectos citados se vio un tanto alterada en proyectos como Femmes, en el cual por momentos, sinceramente, me perdí un poco. Pero es parte de la experiencia. Al finalizar ese proyecto hice una profunda reflexión sobre las texturas y las estéticas que venía trabajando. Lo mismo hice en cuanto a la decisión de trabajar en interiores o exteriores y, principalmente,  en cuanto a la metodología de producción, cómo se generaban los diálogos, hasta dónde permitían expandirme, cuánto cedía. Había caído en un peligroso piloto automático de comodidad. Y eso no era lo ideal para mí. Siento que en Bauiernoss logré unir lo mejor de esos distintos estadíos, aprender de los experimentos que no resultaron tanto como pretendía, y no es poca cosa. Y así más enfocado fui descubriendo mejores resultados. Al poder sacarle las rueditas a la bicicleta pude volar. Hoy soy muy consciente de una estética que me identifica, cada elección acertada en cuanto a tonos, texturas, ángulos, perspectivas, etc. Es el día de hoy que me maravillo ante el dominio que estoy logrando en cuanto a lo geométrico en las composiciones. Es una gran satisfacción. Pensando en los medios con los que uno puede contar para los procesos de elaboración, más allá de mejoras económicas siento que sigue siendo la misma actitud. Me manejo con mucha comodidad en esa incomodidad manteniéndome en un lugar lo más despojado posible, utilizando lo que encuentre, dando lugar también al azar. Si tenés firme el concepto podés brindarte a esa libertad de buscar y encontrar en el vivo. Esos elementos mágicos que encontrás en la calle son tan preciados. Creo que eso puede considerarse una marca registrada también, he sabido aprovecharlos al máximo. Si el discurso es tan vivo, si está marcado en tu piel, la locación física y material se ve inevitablemente seducida por tu imaginación y así podés ver todos los ángulos posibles simultáneamente y tener una destreza magistral. Si te plantás con una modelo en pleno microcentro atestado de oficinistas pero estás seguro de lo que querés decir, lográs escuchar el silencio, anticiparte a todos los movimientos externos y tus ojos realmente dialogan firmes con el mundo. Bauiernoss no es sólo un proyecto artístico de fotografías, es la vida misma. Es todos los secretos, todas las inquietudes, todas las voces que quieren jugar.

P. Los textos escritos en las paredes, debajo de las fotos, nos recordaron a los manifiestos vanguardistas. Además, como las vanguardias, hablan de la relación con la política (en especial con el anarquismo), la guerrilla, la conciencia colectiva, la función social del arte y la oposición al tiempo, el sistema, la rutina y las normas. ¿Cómo llevás estos conceptos a las fotos?

R. En la infancia tuve la inmensa necesidad de dibujar todas las paredes de la enorme habitación que por suerte me tocó tener. Allí era yo, un yo que se movía en absoluta libertad, transparente, sin cadenas, escapaba al día que sólo recordaba brusquedad de compañeros escolares, limitaciones de maestros y todas esas pavadas bla bla. Cero juicios, sólo dejarme llevar, ser feliz. Plasmaba en las paredes mis héroes de dibujos animados favoritos, transcribía los simpáticos monstruos imaginarios develados en el el techo de madera, jugaba con frases divertidas y más. Había cierto leitmotiv sobre el concepto del bien y el concepto del mal. Cuando mis padres se acostaban a dormir, sigilosamente volvía al living para seguir viendo dibujos animados o cortos de animación stop motion, raros, de países raros, que me sorprendían tanto. Ya no recuerdo el canal pues había pocos canales en realidad en esa época, pero ¿Caloi en su tinta? Seguramente. Mi habitación en lugar de alfombra tenía un mar inagotable de juguetes, nadaba y jugaba, tan divertido. Un día mi mamá no tuvo mejor idea que ordenar a fondo y guardar todos los juguetes, libros, etc en los muebles, bibliotecas, etc, ¡absurdo!, yo sabía dónde estaba todo y todo estaba a mi alcance, tenía mi caos tan bien ordenado. Mi reacción natural fue cambiar las témperas y crayones por caca y así dejé bien en claro mi postura. Creo que nunca más me tocaron la habitación. ¡Gracias mamá!

Al crecer las paredes se tiñeron de un negro muy elegante y allí pasaba horas y horas fascinado en mi laboratorio casero, realmente era un proceso mágico, los químicos, marearme, la transmutación de una idea a un papel tangible, ¡alquimia moderna! Y salía a la calle, caminaba, caminaba tanto de noche (por culpa de Paul Auster empecé a entender la ciudad como una exteriorización de la propia mente) y pintaba boludeces en las paredes perdidas en el tiempo, me entusiasma esa pequeña adrenalina. Una noche con mi hermana negamos la puerta de la afip central con una ojota y fue un acto de vandalismo tan absurdo como maravilloso.

La idea de acompañar las obras con textos en esta muestra me pareció interesante, sugerir un poquito más de qué colores es este camino. Y allí estuve cuatro días sin parar ensimismadísimo escribiendo con un pincel que estaba un poco atolondrado. Pero mejor así, obviar la prolijidad y reflejar más la forma de pintada callejera. ¡Me da miedo la prolijidad! Lo cierto es que todos los textos que escribí en Carmen son las ideas que dan vueltas y vueltas por mi cabeza hoy día, alguien acertadamente me devolvió un “esta muestra sos vos” y así es, desnudarse sin más en palabras y en imágenes. Supongo que no es casual que la primera foto que ves al entrar a la galería muestre mi cuerpo desnudo. Pero, bueno, eso hizo que en la inauguración me mareara un poquito también, veía a las personas leer y pensaba si creerían que está bueno lo que siento o simplemente soy un pelotudo. Pero en definitiva esa puerta abierta está buena, muy buena.

El elemento más imprescindible para una casa siento que es un espejo, uno puede dormir en el suelo, obviar lavarse los dientes, comer con las manos, leer con velas, pero si no tenés un espejo para mirarte a los ojos no sabés si estás haciendo las cosas bien.

Me he visto y he visto amigos ir por la vida como almas en pena cargando en nuestras espaldas palabritas muy gritonas que no nos dejaban de atormentar. Frases hirientes que en definitiva, ajenas, no son más que esos perros al pedo que llevan las señoras en las carteras, no terminan mordiendo. A esos mandatos hay que aprender a darles la espalda y no volverán a molestar, o por lo menos perderán fuerza. ¡Fantasmas! Y eso no es culpa ni de mamá, ni de papá, ni de quien sea que le toque jugar ese papel triste de transmisión. Los mandatos son herencias interminables y está en el presente propio poder callarlos.

Aquel panfleto propagandístico del éxito que se nos entrega en la obscuridad del útero pretende mantenernos ciegos luego del parto. Así, antes de ser conscientes ya somos obligados por ejemplo a jurar lealtad a las instituciones como la iglesia, la bandera y esas cosas. El pecado con el que supuestamente carga una criatura inocente no se limpia con manos ajenas, sean de un cura, un psicólogo o un policía. Toda revelación está en uno mismo. En la propia voluntad de cambio. Nadie tiene la culpa del lugar que le haya tocado para nacer, piel, sexo o contexto que sea. Uno debe descubrirse y aceptarse, lo demás ¿qué importa?

Los padres con mucho amor compran a sus hijos los juguetes que en televisión ordenan adquirir. El gran guerrero americano que asesina justamente a los barbudos perversos y esparce su semen de sueños de libertad porque es el hijo elegido de un dios burócrata y hostil. Algún día se les acabará esa gilada. Ya no hay fábulas de héroes que enseñen caminos reales. Zapping y corrupción mental. El éxito y el plástico. El futuro es sólo posible si elegís una carrera en un momento en el cual posiblemente la persona esté muy poco desarrollada como para poder elegir a real gusto. Hasta 23 años y con gran experiencia. ¿Se acuerdan de esa publicidad nefasta en la que muestran la evolución de una persona cambiando su patineta y gorra por un saco apretado y un portafolio pesado? Hay que trabajar y no hay tiempo para pensar. ¡El problema del tiempo! Y yo veo el tiempo más cercano a la idea de Johnny Carter y el metro, o la mayonesa de Lugano.

“El artista es su tiempo”, dice Martha Graham. Y mi tiempo es por ejemplo un día que dura un mes de estar metido en una selva haciendo fotos con chicas que se entremezclan perfectamente con la naturaleza, chapoteando en el barro, disfrutando el canto de los pájaros, la bendición del Sol o el viento que acaricia la piel. Y lo único que desentona allí es tener un teléfono celular que me avisa que me gano un auto nuevo por día, o que tal candidato político es mejor que el otro porque.. no importa. Allí no hay corpiños, autos, ni televisión.

“Bailemos, bailemos… sino estamos perdidos”, dice Pina Bausch. Los nenes jugamos con autitos y escopetas, las nenas tienen cocinitas, escobitas y nenucos eunucos criados con miedos y culpas. Los nenes demuestran su hombría tirándole piedras a un gato, pero un animal nunca va a atacar sin motivo. Mi gata me mima más que Evita. Patriotismo y bombas al diferente. Juzguemos a los otros y sintámonos bien con nosotros mismos. Trabajemos, miremos tele y volvamos a trabajar. Una sociedad donde se repiten sin sentido pésimas cartas de amor prefabricadas y no se conoce la filosa letra de Jello Biafra no me da muchas esperanzas. Love is in the air, ¿o un virus tal vez?  El amor como construcción social, las perdices desplumadas. La vida con culpas y muebles. La corbatita, el auto y la hipoteca. La propiedad privada, el sida y el sadismo policial. Prohibido fijar cuarteles. El adoctrinamiento azucarado, sí. Día de la Mujer Trabajadora, 25% en tu compra. El tiempo todo lo devora, el capitalismo también. Todos los Goebbels contemporáneos. ¿Se quiebra el cielo o se quiebra el país? Me he encontrado enrredado, enterrado, una y otra vez en esas odiosas discusiones sobre oficialismo u oposición y lo único que siento decir es que no creo en la raza humana. Qué pobres los del sillón, qué pobres los mendigos, qué pobres los azules, qué pobres los verdes, cuánta pobreza para todos. Odios de aquí, odios de allá, odios de ahora y del más allá, tenden-cismos, sensaciones, realidades, hipocresías, nubes de pedo, bombas de humo, desinterés, soberbias, intolerancias. ¿Cómo alguien te puede poner cara de asco cuando le sonreís? ¿Qué es ser patria? ¡Paria o Muerte!

Todos los seres humanos necesitamos depositar nuestra fe en algo y somos tan cobardes que no podemos creer en nosotros mismos. ¡Pare de Sufrir!

Todas las hojas son del viento, todos los perros van al cielo, todas las chombas son de Chemea. “Turning rebellion into money”.  ¡Tráfico, trágico! Estado de Weekend. Poco hombre y cagón aquel que mediante la violencia, física o económica, busca conquistar una mina, un pueblo o lo que sea. Los guapos de antes usaban portaligas. No podría vivir en cautiverio. ¡Traidor a la raza! Tengo una inquietud cuadrúpeda que no me deja dormir pero me permite soñar. Día a día voy perdiendo la forma humana y me entusiasma. Estaré en la periferia del mundo pero estoy en el centro de mi ser. Espero poco, consigo mucho. Espejo, espejito. ¿Lo ves? Para cambiar el mundo es imprescindible que primero se busque la propia transformación, vamos, multipliquemos. X. En lo único que tengo esperanzas es en el caos.

P. Gran parte de las fotografías que conforman Bauiernoss fueron tomadas en exteriores. ¿Qué te atrae de trabajar en este tipo de locaciones?

R. Las sutilezas del caos. Cómo un pequeñísimo elemento que no encaja en esa repetición agobiante que pretende la vida de esta sociedad puede ser tan fructífero, todo lo que dispara, nuestros ojos, los otros ojos, el miedo a lo desconocido es terrible. Me entusiasma la adrenalina y ver qué respuesta surge en la gente que esté allí. ¡Por suerte siempre nos sale bien! ¡Además mi casa/estudio es en Belgrano y últimamente suelo despertarme con la cama flotando en el agua! A veces cuando voy en el subte con toda la gente apretada, sin respirar, me sorprende que nadie pero nadie mire a los demás y yo busco sus caras con una sonrisa, sin resultados. ¡Hola! O, no sé, ¿por qué en vez de maldecir todo el recorrido no se besan si están tan juntitos? ¡Amor libre subterráneo! Una vuelta, hará unos meses, luego de hacerme un tatuaje bastante grande en la pierna, entre el mareo natural de perder sangre y ese aire no aire que nos ofrece “está bueno buenos aires” me terminé desmayando en las escaleras, mientras mi cuerpo se entregaba al golpe del cemento lo único que pude escuchar fue un “¡no lo toquen!” y así la gente me dejó allí sin cuidado y no tuve más opción que tirarme terrible siesta en posición diagonal. ¡Yo no la recomiendo!

Anatole y las mujeres

El componente femenino es una constante en los proyectos de Anatole, y esta serie no es la excepción. Las mujeres que habitan las escenas se erigen en algunos casos como presencias fragmentadas, fetichizadas, ambiguas y en otros casos, como figuras acechantes, siniestras, fantasmagóricas. Lejos de componer un paradigma homogéneo, unificado, ellas interpelan al espectador permanentemente, originando en él múltiples interpretaciones y reflexiones.

P. ¿Qué parte del universo de la mujer te interesa mostrar? ¿Cómo describirías a las mujeres presentes en tus obras?

R. La mujer, a diferencia del hombre, es implosiva, y ese misterio, esa profundidad, es más que interesante para nadar. Ay ay ay Anatole, el artista de bigote y manos de mujer. ¡Platón tenía razón! La otra noche unas amigas vinieron a la muestra y luego salimos a pasear. Al final de la noche una de las chicas entró en la cuenta que al volver a su casa no tenía nada, ni café para poder alimentarse, pero sí tenía el enorme deseo de ir a abrazar a su gatito, esas chicas me caen bien. En las mujeres entro por los ojos, lo demás es el camino que se recorre. Son mujeres que se refugian en su infancia, que sonríen a la oscuridad, que comparten risas. Abrazan la naturaleza, escuchan sus sueños, reclaman a gritos su libertad. Escapan a los valores del consumismo y juegan a las escondidas en bosques. Fantasean con robar un auto sólo para estrellarlo. Reinvidican el vandalismo. Están cómodas en su locura.

Se sienten frustradas porque: “Todo gira alrededor del dinero. Me rompe las bolas. Porque de verdad son papelitos. Pero la gente ama esos papelitos. Pelea por ellos. Y yo creo en el trueque. Y la cosa es que vivo en esta sociedad que muere por esos papelitos. Y yo no sé cómo hacer para obtener muchos de ellos porque no es mi objetivo en la vida.”, “Creo que el arte está en la calle, los artistas tienen que estar donde les toca y no en un lugar sacralizado.”, “Me frustra tener 24 años e ir a clases con pibitos de 18 que ni siquiera vieron Casablanca.”,  “Todos en la calle parecen estar enojados todo el tiempo y te pasan por arriba. Eso me hace sentir pequeña e invisible, lo cual detesto.”, “Estoy apagada, soy una especie de sombra de lo que fui.”, “El ser humano está lleno de maldad, egoísmo, severidad, pura crueldad.”, “Mi madre siempre me decía que era una inútil y que no hacía nada bien. Tenía muchas pinturas y las destrocé.”, “Me frustra la idea de tener que sobrevivir.”, “Mi cuerpo.”, “Los sexópatas.”…

Y ellas luchan: “Lucho por la valentía obtenida, por persistir ante mis demonios y poder enseñar que todo está ligado con absolutamente todo. Por ser integrante de una cultura que puede enriquecerse más y más y no sólo estancarse. Por amar cada día y compartir, ser un miembro activo desde mi posición, sin aplastar ni tradicionar a nadie.”, “Por intentar callar mi cabeza desde que me levanto hasta que me acuesto.”, “Lucho por irme a dormir temprano y fracaso.”, “Por no dejar de crear, por no dejarnos domesticar.,” “No voy a irme de este mundo sin rasguñar las paredes.”… Yo sólo las escucho y les doy libertad para que sean sí mismas.

Las protagonistas de sus imágenes, explica Anatole, son seleccionadas a través de un cuestionario y charla previas, procesos que suponen un análisis de carácter psicológico y filosófico. Es que no busca formar una agencia de modelos ni promete un book al estilo publicitario sino que más bien la propuesta se sostiene a través de una búsqueda de afinidades, inquietudes compartidas que van más allá de los modelos prefabricados. Es precisamente la expresión de la modelo (o, como le gusta decir a Anatole, participante), lo propio de cada una, su subjetividad, lo que da a sus obras un condimento documental (dado también por el elemento azaroso, repentino, que se mencionaba más arriba).

P. Sabemos que establecés una relación cercana con las mujeres retratadas en tus obras, por ejemplo, a través de charlas previas. ¿Por qué te interesa esto?

R. “Your eyes have returned from a despotic land..where no one has known the meaning of a glance”. La palabra es intensidad, y eso pretendo y propongo, más intensidad por favor. La empatía, el abrazo desenmascarado. Mis sesiones tienen esa cualidad hermosa de forjar amistades genuinas que permiten que todo se desarrolle de manera tan natural y relajada, y eso para mí es tan importante como el resultado logrado. Hay una trascendencia múltiple. Nos divertimos trabajando, siempre.

El respeto se gana, la simpatía no es gratuita. A mí no me interesa hacer una selección de participantes por su físico, nunca lo vi así y nunca me saldría de esa manera. No es el trabajo que desarrollo. Sí me interesan los diálogos que se producen, la comunión real de discursos. Qué lindo es saber que hay gente que te entiende y gente que no. Los aplicantes a Bauiernoss deben responden un cuestionario, cuyas respuestas me sirven de guía para ir diagramando los contextos posibles del personaje que se llevaría a cabo. Me resulta mucho más productiva la devolución explayada, sincera y vomitada. Como el 99% de mis modelos no son modelos debo buscar ese plus para encontrar el lugar adecuado que motive su expresión y el resultado será mucho más rico. Pero también hay gente que no entiende a qué va tanta pregunta. Algo que extrañamente se ha repetido varias veces es el hecho que aplique gente que supone ver en mi sitio una agencia de modelos, no tengo que ponerme a entenderlo, pero me resulta ridículo. Si con el cafecito de la mañana veo los mails y me llega uno de una nena de no sé, Salta, con un comentario que pide a gritos “¡haceme famosa!” y fotos con poca ropa, ¿qué puedo pensar? “Excelentísima agencia Anatole, sería un enorme placer para mí formar parte de su staff, la agencia me la recomendó mi tío (x peluquero famoso)” decía un mensaje en mi celular muy muy temprano, y yo estaba en la cama aún sin entender abrazado a mi gata. Wow. Los ojos contra la pared. ¡Cuánta necesidad de pertenecer! Esa fantasía es igual de cruel que muchos otros mundos que evito. Hay gente que realmente no tiene nada que hacer en mi obra, a mí no me interesa. Algunos discursos no se van a encontrar. Si me bombardeás con “haceme fotos” pero no te interesa leer un poco sobre la propuesta que planteo o que haga una muestra… hay mucha gente con cámaras o sáquense fotos con su nuevo celular que está buenísimo, dale un me gusta y sentite bien. ¿Leerán esta entrevista? “Me dijeron que hacés book gratis”. Que cada uno haga lo que quiera de su vida, pero si busca entrar a mi mundo que lo entienda y lo respete. Acepto y llevo a su tiempo la timidez de un participante, pero la histeria es otra historia. Cuando se trata de trabajos para terceros mi intención también es dentro de lo posible relacionarme con gente que me interesa lo que hace, y así no sólo cobrar un billete sino también ayudar a promover el camino de otros. Yo creo mucho en el respecto y en la afinidad. Con quienes nos entendemos, sí, tenemos esa cosa de destornillar las agujas de los relojes y así la lluvia es sólo una excusa.

Y así debería ser con todo, ¿no? En Carmen Sandiego, por ejemplo, la selección de artistas se da desde lo comercial obviamente pero también por el gusto personal de los galeristas sobre las obras, eligen trabajos que a ellos mismos les gustaría tener, y tienen, en sus paredes. Algo divertido también es que durante el montaje de esta muestra me descubrí tarareando simultáneamente junto a mi galerista las mismas canciones de Pixies, ¡qué lindo! “We will wade in the shine of the ever”. Si las cosas se hacen con amor es mucho más bonito. Yo me siento muy bien allí.

P. Observamos en Bauiernoss dos tipos de mujeres diferentes. Por un lado, aquellas que presentan una imagen fuerte, cargada de maquillaje, redes, cuero y tatuajes, y, por el otro, mujeres muy despojadas, al natural. ¿Las elecciones de cada estética son orientadas por los intereses de las mujeres participantes o responden a una decisión a priori?

R. Lo que está arriba está abajo, lo que está abajo está arriba. Todo esto es el resultado de esos diálogos, de ese descubrir. En sus palabras siempre hay algo que se destaca y allí vamos. Cómo entra cada uno de los participantes en este mundo, qué lugar se elige, siempre en libertad y reciprocidad. Pero creo que siempre son mujeres fuertes en definitiva, en diferentes estadíos, pero siempre con carácter. Las prefiero así. Yo me hago pis viendo en las pelis de Godard a Anna Karina, tan elegante, fría, dulce, imperfecta y perfecta.

P. Tus obras ponen en tensión, problematizan los cánones de belleza instalados. ¿A qué conclusiones o reflexiones arribaste a través de tu experiencia como artista hasta el momento?

R. “Give me a number of a girl almost like you, with legs almost like you. I’m buried deep in mass production”. Al tener todas estas charlas previas, al tener una llavecita para cada mente, vas encontrando una y otra vez cómo cada una de ellas de alguna manera sufre por estas cuestiones de lo físico y la aceptación. Hay un obligación expectante para con cada mujer que no debería existir. La belleza, el sentirse bien, debe ser con uno mismo, no para los otros. ¡Abajo la cera! Como tampoco deberían existir las frases invasoras o los manoseos públicos. No hace muchos años cuando me vestía con ropa de mujer para salir me he encontrado en varias oportunidades que en boliches tipos piolas me tocaban el culo, ¡eso no es simpático!

Para los mapuches y otras culturas indígenas las ballenas eran consideradas animales sagrados. Según el Islam es uno de los animales que pertenece al reino de los cielos y lleva el mundo en su espalda. Son guardianes de un conocimiento oculto, custodios de las profundidades del alma. Representan el vientre materno, el seno de la tierra y el símbolo de la resurrección desde Jonás a Pinocho. Pero si hablamos de ir a Mundo Marino para ver una orca hacer piruetas o ir al cine para ver a Flipper y comer pochoclo… eso mismo siento sobre la sensualidad en las imágenes.

“Don’t forget to pack a wife”. Entretenimiento. La mujer como producto plástico de consumo masivo. La mujer como objeto de lujo dentro del paquete de éxito. El prestigio de mostrar el culo por televisión. ¡Bravo! El desnudo es una estética que he trabajado a lo largo de mi obra, pero desecho toda intención de provocación desde la carne, gusto más de la desnudez del alma representada en el cuerpo, la fragilidad y la lucha, el ver la vida desde un acantilado del fin del mundo. Siento que el cuerpo no es más que huesos oxidados, por más capas y máscaras que se le agregue sigue siendo sólo eso. La idea de ser “lindo” nunca la entendí, cuando era un chico tímido nadie se fijaba en mí, luego cuando ya nada me importó me tocaron el timbre chicas que no son de San Nicolás. Qué fiasco. ¡Cuánto más rico es descubrir en la diversidad de formas y en la asimetría! Si vas a protestar, a manifestarte, no te desnudes, poné una bomba.

Bauiernoss es mucho más que una muestra que tiene por eje la urbe porteña. Ante todo es un acto de rebelión, una manifestación que busca cuestionar los cánones de belleza instalados, desnaturalizar ciertos modos de ver, y que al mismo tiempo reza por un arte colectivo, que integre tanto al artista como al modelo y al receptor, situándolos a los tres en una posición activa, creadora y siempre cambiante.